La villa de Estercuel se sitúa en el piedemonte septentrional de la sierra de San Just (Sist.Ibérico) ocupando una loma que mira al río de su mismo nombre, Zarzosa nombran algunos a tal corriente, y que está coronada por el caserón del castillo que fuese de los Atrosillo.
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Con una población de 386 habitantes, el pueblo está situado a una altitud de 829 m sobre el nivel del mar y ocupa una extensión de 55,9 km2. La distancia por carretera con Teruel es de 120 kilómetros. Se puede acceder por las carreteras N - 420 y N – 211 (de Gargallo a Estercuel existe un desvío por la TE-V 1332).

En su término se encuentra el importante monasterio mercedario del Olivar, donde Tirso de Molina ambientó “La dama del Olivar”.
La realidad de Estercuel está muy vinculada a la historia minera de esta zona turolense. Su larga tradición agrícola y ganadera, ya en retroceso se ha recuperado un poco con la construcción de una Almazara que funciona en régimen de cooperativa.

HISTORIA
Estercuel, en el corazón de las cuencas mineras turolenses, ofrece algún vestigio de su pasado más lejano. Así en la Rocha de Moncoscol se ha catalogado un asentamiento ibérico y se conservan unas tumbas labradas en la roca de datación medieval. También se han registrado restos cerámicos antiguos en las laderas de la peña de Santa Ana.

Las primeras noticias que tenemos de su existencia, al igual que en la vecina Gargallo, datan del 15 de marzo de 1209, cuando Pedro II de Aragón dona Estercuel y su castillo a Miguel Sancho y a sus descendientes. En 1320 pasa a Martín Gil de Atrosillo, y finalmente en 1465 está en manos del señor de la Baronía de Estercuel, Berenguer de Bardají.

Hay que señalar que los últimos señores de Estercuel, son los marqueses de Lazán, los Palafox, de la familia del general defensor de Zaragoza, durante Los Sitios de 1808 y 1809.

Entre los siglos XVI y XVII se construye el monasterio mercedario de Nuestra Señora del Olivar, recogiendo la tradición que dice que en 1256, la Virgen se le apareció sobre un olivo al pastor Pedro Novés, construyéndose allí la primera ermita. La importancia del Monasterio, sito a tan solo 4 Km. del pueblo ha sido clave en la vida de la localidad y su comarca. Allí escribió Tirso de Molina seis de sus obras.

El convento, y en consecuencia la Villa se vieron muy afectados tanto por la Desamortización de Mendizabal, como por la Guerra Civil.

Hoy tras el cierre de las minas de carbón, las explotaciones a cielo abierto son las que dan sustento a sus gentes con alguna explotación ganadera y una incipiente infraestructura hotelera.

PATRIMONIO

Estercuel, es una localidad minera por excelencia y eso se nota en la renovación de su caserío, que sin embargo mantiene una peculiar silueta presidida por el el bloque del castillo-palacio. La silueta de la iglesia, a una cota inferior y el calvario en un montecillo inmediato, completan la vista del pueblo.

Debió ser una población amurallada, a juzgar por su planta y la conservación de elementos como la Calle Mayor que recorre de norte a sur y que conserva uno de sus portales, el Portal de la Barrera con su capilla de los Santos Martires.

El casco urbano conserva la iglesia parroquial de Santo Toribio, las ermitas de la Virgen y del Santo, algunos portales reseñables, la casa del Cura y el Castillo, imponente caserón de ladrillo que se levanta cimero sobre los tejados de la villa.

Proximos al pueblo quedan el Monte Calvario con su Víacrucis recientemente restaurado y que constituye un buen punto panorámico y el viejo molino harinero con su balsa y las huertas.

Dentro del término municipal de Estercuel, se encuentra el monasterio mercedario de Nuestra Señora del Olivar, que cuenta con declaración de Bien de Interés Cultural, en la categoría de monumento, desde 1982.
Han desaparecido la totalidad de las estructuras medievales y el conjunto corresponde a la Edad Moderna. Se puede distinguir la iglesia, dentro de la tradición gótico-renacentista y la obra más clasicista (1627-1632) de las dependencias monásticas, donde destaca la decoración derivada de los repertorios del clasicismo renacentista.
Este monasterio sufrió las destrucciones de la Guerra Civil, tras la cual se reconstruyó la imagen de la virgen titular, con la colaboración del escultor Pablo Serrano, natural de Crivillén.