La
villa de Estercuel se sitúa en el
piedemonte septentrional de la sierra de San Just (Sist.Ibérico)
ocupando una loma que mira al río de su mismo nombre,
Zarzosa nombran algunos a tal corriente, y que está coronada
por el caserón del castillo que fuese de los Atrosillo.
Teléfonos
de interés |
Ayuntamiento |
978 752353 |
Consultorio |
978 752500 |
Farmacia |
978 752350 |
Colegio Púb. |
978 752427 |
Monasterio |
978 752300 |
Hotel |
978 752370 |
|
Con una población de
386 habitantes, el pueblo está situado a una altitud
de 829 m sobre el nivel del mar y ocupa una extensión
de 55,9 km2. La distancia por carretera con Teruel es
de 120 kilómetros.
Se puede acceder por las carreteras N - 420 y N – 211
(de Gargallo a Estercuel existe un desvío por la
TE-V 1332).
En su término se encuentra el importante
monasterio mercedario del Olivar, donde Tirso de Molina
ambientó “La
dama del Olivar”.
La realidad de Estercuel está muy vinculada a
la historia minera de esta zona turolense. Su larga tradición
agrícola y ganadera, ya en retroceso se ha recuperado
un poco con la construcción de una Almazara que funciona
en régimen de cooperativa.
HISTORIA
Estercuel, en el corazón
de las cuencas mineras turolenses, ofrece algún
vestigio de su pasado más lejano. Así en
la Rocha de Moncoscol se ha catalogado un
asentamiento ibérico y se
conservan unas tumbas labradas en la roca de datación
medieval. También
se han registrado restos cerámicos
antiguos en las laderas de la peña de Santa Ana.
Las primeras noticias
que tenemos de su existencia, al igual que en la vecina
Gargallo, datan del 15 de marzo de 1209, cuando Pedro
II de Aragón
dona Estercuel y su castillo a Miguel Sancho y a sus
descendientes. En 1320 pasa a Martín Gil de
Atrosillo, y finalmente en 1465 está en manos
del señor
de la Baronía
de Estercuel, Berenguer de Bardají.
Hay que señalar
que los últimos señores
de Estercuel, son los marqueses de Lazán, los
Palafox, de la familia del general defensor de Zaragoza,
durante Los Sitios de 1808 y 1809.
Entre
los siglos XVI y XVII se construye el monasterio
mercedario de Nuestra Señora del Olivar, recogiendo
la tradición que dice que en 1256, la Virgen
se le apareció sobre un olivo al pastor Pedro
Novés,
construyéndose allí la primera ermita.
La importancia del Monasterio, sito a tan solo 4
Km. del pueblo ha sido clave en la vida de la localidad
y su comarca. Allí escribió Tirso
de Molina seis de sus obras.
El convento, y en consecuencia
la Villa se vieron muy afectados tanto por la Desamortización
de Mendizabal, como por la Guerra Civil.
Hoy tras
el cierre de las minas de carbón, las explotaciones
a cielo abierto son las que dan sustento a sus
gentes con alguna explotación ganadera y una incipiente
infraestructura hotelera.
PATRIMONIO
Estercuel, es una localidad minera
por excelencia y eso se nota en la renovación
de su caserío,
que sin embargo mantiene una peculiar silueta presidida
por el el bloque del castillo-palacio. La silueta de
la iglesia, a una cota inferior y el calvario en un montecillo
inmediato, completan la vista del pueblo.
Debió ser
una población amurallada, a juzgar
por su planta y la conservación de elementos como
la Calle Mayor que recorre de norte a sur y que conserva
uno de sus portales, el Portal de la Barrera con su capilla
de los Santos Martires.
El casco urbano conserva
la iglesia parroquial de Santo Toribio, las ermitas de
la Virgen y del Santo, algunos portales reseñables,
la casa del Cura y el Castillo, imponente caserón
de ladrillo que se levanta cimero sobre los tejados de
la villa.
Proximos al pueblo quedan
el Monte Calvario con su Víacrucis recientemente restaurado
y que constituye un buen punto panorámico y el viejo
molino harinero con su balsa y las huertas.
Dentro
del término municipal de Estercuel, se
encuentra el monasterio mercedario
de Nuestra Señora
del Olivar, que cuenta con declaración de Bien
de Interés
Cultural, en la categoría de monumento, desde
1982.
Han desaparecido la totalidad de las
estructuras medievales y el conjunto corresponde a la
Edad Moderna. Se puede distinguir la
iglesia,
dentro de la tradición
gótico-renacentista y la obra más clasicista
(1627-1632) de las dependencias monásticas,
donde destaca la decoración derivada de los
repertorios del clasicismo renacentista.
Este monasterio
sufrió las destrucciones de la Guerra
Civil, tras la cual se reconstruyó la imagen
de la virgen titular, con la colaboración del
escultor Pablo Serrano, natural de Crivillén.
|